Soy una mujer versátil, me gusta innovar constantemente, y experimentar, sobre todo cuando se trata de mi pelo. Para mi, el pelo es la mejor arma de comunicación que tenemos los humanos. No son sólo pelos, son un infinito mundo de expresión, así que cada vez que puedo me hago algo. El pelo además te conecta con la tierra y de alguna forma canaliza todas nuestras energías, es por eso que cuando estamos deprimidas, bajoneadas, hasta el pelo se nos seca y se pone feo, es increíble que eso pase, pero realmente es así.
Bueno, hace tiempo que tenía ganas de hacerme algo, hace unos meses venía tiñéndome de forma artesanal (en casa) el pelo en tonos rojizos; desde pendex que no me aplicaba ese color, tenía el prejuicio de que en mi cara con rosácea no sería el tono más adecuado, pero me arriesgué y me gustó bastante el resultado, ¡al fin después de mucho tiempo logré sacarme el color negro! La cosa, es que mis amigos de Studio Cientosiete, estaban cumpliendo su primer y exitoso año de vida, así es que me invitaron a compartir con ellos.
Pasé realmente un momento demasiado rico, aprovecho de felicitar a los chicos, sobre todo a mi querido Nelson Santibañez por el éxito de su salón, claro que no es gratuito, doy fe de que Nelson es por lejos el mejor!
Bueno, entre pisco sour y conversa entretenida estábamos cuando mi querido amigo con su ojo de lince, experimentado y adiestrado en pelos me vio y me dijo "No Pato, con ese pelo NO", fin de la conversación... efectivamente había omitido un detalle. Días atrás se me ocurrió ir a una peluquería que encontré por aquí cerca de donde vivo a hacerme un freestyle, no tenía muchas lucas y realmente quería hacerme algo distinto, pero la chica muy amable y tiernita no logró lo que yo quería y terminó dejándome con unas mechas rusias bien bien feitas...
"Eso (me dijo Nelson) es porque no viniste a hablar conmigo!, ¡tienes quemado el pelo!, ¡está feito! ¡ven para acá!" jajaajajaja sí, en serio! todo eso me dijo en 1 minuto.
Entonces fue cuando me dijo ¿por qué permitiste que te hicieran algo que tú no querías hacerte?
Entonces fue cuando me dijo ¿por qué permitiste que te hicieran algo que tú no querías hacerte?
Primer error... Lo asumo, ¡soy mujer!, ¡me ganó la ansiedad!
Después de eso, me entregué a sus manos y disfruté a morir todo el proceso.
Ahora les muestro fotos!