Estoy en shock, creo que alguna vez había oído hablar de “Ana” y “Mía” pero entender realmente lo que significan estos nombres es algo muy impactante. Hace no mucho tiempo me encontré con un blog de una chica anoréxica, obviamente que el morbo pudo más y en vez de cerrarlo y olvidarme, me lo leí hasta la última página.
Es muy fuerte cuando te empiezas a introducir en el mundo de una chica con anorexia, en este que vi ella misma se describía como una “princesa deprimida”, “asquerosa”, e “invisible”,mientras algunas frases motivacionales adheridas en un costado de su blog rezaban textos como “I love Ana”, “la felicidad está al alcance de dos dedos y un ayuno”, “nada sabe tan rico como ser delgada”. Que decir de las fotos y las dietas obsesas de la chica; desayuno 1 yogurth, almuerzo 1 lechuga con apio, media tarde 1 taza de té, cena 1 sopa desgrasada, total 240 calorías. Es impactante ver el daño que se hace, pero más impactante resulta la cantidad de seguidoras que celebran cada uno de sus post con miles de comentarios animándola a seguir, a que sea fuerte, a que no se desanime. También es muy duro ver como habla de sus períodos menstruales, ella odia la regla porque “se hincha”, las estrategias que ocupa para eliminar la comida, la tortura que significa para ella esperar el día de su cumpleaños “lleno de gente y de comida cerda”… y entonces el nombre de “Ana” (anorexia) y “Mía” (bulimia) se hace macabro y escabroso. Personalmente me dio mucha pena interiorizarme en ese mundo, sentí más que todo impotencia, ya que solamente fui una lectora que no tiene manera alguna de ayudarla a cambiar su mundo, me dio pena también pensar que esa o esas pequeñas asesinas maquinan día a día su muerte y todos a su alrededor muchas veces por comodidad hacen oídos sordos. Peor aún darme cuenta que entre muchas chicas esto parece ser una especie de moda, un sacrifico que te lleva al estilo y status, una soberana idiotez pero lamentablemente algo que existe y muchas veces en el piso de arriba.
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