miércoles, agosto 14, 2013

FOREVER YOUNG: EL TIEMPO PASADO ¿FUE MEJOR?


Estaba pensando en lo terca que es una cuando joven y adolescente, de partida te crees invencible, por lo tanto siempre asumes riesgos y ni por un momento piensas que puede pasarte algo, tienes una estrella que nunca te abandona. Odias cuando los más grandes te dicen “cuando crezcas lo vas a entender”, te parecen soberbios, idiotas y amargados.


Eres hippie y crees en el amor para toda la vida, y obvio que tus papás son unos pesados, el dinero no hace la felicidad… pero claro, ellos no entienden nada. Quieres vivir como si la vida se te acabara mañana, te ríes de las cosas negativas, “vamos, hay que tomar la vida con optimismo”, tus amigas del colegio con las que hiciste el pacto de la sangre y el escupo serán tus amigas por siempre, a los 18 te irás de la casa, ya no soportas vivir bajo las reglas de un par de señores detestables y sabiondos.
El pololo con cara de niño que tienes será el padre de tus hijos y tendrán una enorme casa con piscina, te mueres de solo pensar que el pudiera no estar nunca más contigo, jamás volverás a conocer a alguien como el y tu alma se caerá a pedazos, nunca volverás a sonreír, tampoco a comer, el chico con cara de boby es el amor de tu vida y como el no existe nadie en el mundo.
Cuando eres más chica vives la vida con intensidad, lloras hasta quedar seca y te ríes hasta quedar con dolor de guata,  también eres más idealista, adoras tus poster pegados en la pared y sueñas con algún día conocer a tus ídolos, si alguien te hubiera dicho que tu amado, apolíneo y exquisito Axl Rose, 15 años después se transformaría en un guatón parrillero seguramente sería castigada con el dolor de tu indiferencia, “y tú que sabes, tú no tienes idea”. 
Ahora que ya estoy bastante más crecidita y con algunas parrilladas de más en el cuerpo, me detengo a pensar en lo inocente que era una hace 15 años atrás, y en lo mucho que duele cuando empiezas a crecer, me acuerdo latente la primera vez que me llegó la regla, mi papá me regaló un ramo de rosas precioso y me dijo “hija bienvenida a la vida, desde hoy eres una mujer” por supuesto que en el momento no entendí, más bien me ruboricé, me pareció un bonito gesto pero un tanto desubicado, esas cosas de púberes no? ni por un momento me detuve a entender realmente lo que sus palabras presagiaban, crecer es hoy mucho más de lo que por un minuto me imaginé. Hoy cargo sobre mis hombros con un sinfín de obligaciones y responsabilidades y muchas veces mi cabeza vuela rauda 15 años atrás, es como si tuviera tantas ganas de volver a ser la niña que solo tenía que estudiar y pololear y terminar como máximo drama. Hoy veo que enfrentarse a la vida dejó de ser Bilz y Pap, que las palabras de aquellos viejos soberbios y amargados contenían una verdad dura que tal vez si la hubiera entendido nunca hubiera querido crecer. No digo que este momento de mi vida sea malo, pésimo, al contrario, he vivido lo que he querido y con quien he querido, soy muy afortunada pero no puedo dejar de pensar en mi niñez, mi juventud, los buenos y tercos momentos de adolescencia en que empiezas a crecer y solo quieres ser grande para cumplir tus sueños… ¿que locura no? Hoy ya eres grande y ves que los sueños cuestan, son esquivos y hay que luchar mucho para que vengan a ti. Pero es rico igual y ¿les cuento un secreto? yo aún sigo siendo la terca de hace 15 años atrás.

1 comentario:

  1. :) Me alegro que tu esencia no cambie!

    Un beso <3

    Mary Pepa

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