En esto, como en la vida misma hay días y días. A veces nos levantamos optimistas, contentas, positivas y confiando en que operarnos fue la mejor decisión. Pero a veces nos levantamos con los monos, nos sentimos mal, nos duele comer, nos hinchamos y sentimos una pena infinita, casi como si nos hubieran extirpado la mitad del corazón, ¡y es lógico sentirse así! Todo en nuestro organismo comienza a ordenarse, y no hay orden sin antes haber caos. Las hormonas vuelven a regularse, todo sube, todo baja, no olvidamos que del centro de nuestro cuerpo extirparon un TROZO grande y no de cualquier cosa, si no de ESTÓMAGO, ese mismo órgano que contiene las mariposas cuando nos enamoramos... ¡así de importante!
Escribo esto creo que inspirada por tantas conversaciones que he tenido el último tiempo con varias chicas que se operaron hace poquito y están equilibrando más la balanza hacia abajo que hacia arriba. Yo lo sé chiquillas, lo sé, las entiendo, pasé por todas esas molestias y malestares, tuve los mismos bajones, por dios que me costó visualizar mi vida más allá de la comida... Por eso les digo que lo sé, que estén tranquilas, que el tiempo va a pasar y todo se volverá a alinear, les prometo que en unos meses más estaremos muertas de la risa hablando de este momento, pero mientras les digo que tengan paciencia, que alejen los malos pensamientos y que intenten vivir este momento con positivismo. Sé que suena fácil y bonito escrito, pero también les prometo que yo lo logré y no digamos que soy la reina de la felicidad, más bien me cuesta verle el lado amable a las cosas, pero esta vez lo hice, cada vez que sentí que estaba dando jugo, que estaba compadeciéndome a mi misma por algo QUE YO ELEGÍ, cambié el pensamiento y revertí la mala onda y chiquillas, siempre se puede, si yo pude, TODAS PUEDEN.
Tratemos en esta etapa de la vida mirar las cosas desde otra perspectiva, con alegría, con gratitud por haber podido hacer un cambio en nuestras vidas, algo que no todos pueden hacer, con madurez, porque pusimos nuestro cuerpo en función de una mente limpia y renovada y porque le dimos nuevas alas a esta oportunidad que la vida nos dio. Así que ya lo saben, menos lágrimas y más cabeza poderosa, a contar hasta diez, a leer mucho, a pensar en la nueva vida y a ponerle todo el entusiasmo para que se recuperen más rápido, recuerden que siempre la cabeza será un 80% en nuestra recuperación, y eso lo aprendí de la grosa y poderosa de mi prima, digno ejemplo de imitar en mi vida. Pronto les cuento de ella, sus luchas y su fuerza interior.
¡Las quiero mis bellas! VAMOS QUE SE PUEDE
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